que a veces retumbaran las montañas
y escucharais las mentes social adormecidas
las palabras de amor de mi garganta.
Vivís en una noche sin estrellas,
andáis un mismo camino cuan orugas,
y os vais dejando pudrir en las entrañas
los caminos de libertad de vuestra alma.
Hay que dejar el camino social alquitranado
porque en él se nos quedan pegadas las pezuñas.
Hay que volar libre al sol y al viento
repartiendo el amor que tengas dentro.
De pequeño me impusieron las costumbres,
me educaron para hombre adinerado,
pero ahora prefiero ser un indio
que un importante abogado.
Abrid las mentes y los brazos y repartíos,
que sólo os enseñaron el odio y la avaricia
y, yo quiero que todos como hermanos,
compartamos amores, lágrimas y sonrisas.
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