domingo, 23 de octubre de 2011

¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? (fragmento) de Philip K. Dick


Rick empezó a buscar en el bolso. Como cualquier chica humana, Rachael tenía toda clase de objetos inconcebibles, y él revolvía interminablemente. Mientras tanto, ella se había sacudido las botas y corrido la cremallera de sus shorts. Ahora, se balanceaba sobre un pie, recogía con el otro la prenda caída y la arrojaba al otro extremo de la habitación. Luego caía sobre la cama, rodaba en busca de su vaso, al que accidentalmente derribó sobre la alfombra. —Maldición —dijo, y una vez más se puso de pie sin mucha estabilidad. En bragas, miraba a Rick, atareado con su bolso. Y con cuidadosa deliberación, abrió la cama, se metió dentro y se cubrió.—¿Es esto? —Rick alzaba una esfera metálica con una palanquita. —Eso provoca la catalepsia en los androides —dijo Rachael, con los ojos cerrados—. Durante unos segundos. Suspende la respiración. También la tuya, pero los humanos pueden funcionar sin respirar ¿o transpirar? unos minutos. En cambio, el nervio vago de un androide... —Ya sé. El sistema nervioso autónomo de un androide no puede abrir y cerrar el paso con tanta flexibilidad como el nuestro. Pero esto sólo puede servir para cinco o seis segundos. —Bastante para salvarte la vida —murmuró Rachael, que se incorporó y se sentó en la cama—. Si Roy Baty aparece, basta con apretar la palanquita. Y mientras él se queda helado, sin aire en la sangre, mientras sus células cerebrales se deterioran, lo matas con tu láser. —En tu bolso hay uno... —Una imitación de juguete. Los androides no pueden usar un láser —Rachael bostezó, con los ojos nuevamente cerrados. Rick se acercó a la cama. Rachael se echó y se retorció hasta quedar boca abajo, con el rostro hundido en la blanca sábana bajera. —Es una cama limpia, noble, virginal —dijo—. Sólo una niña limpia, noble, virginal... —reflexionó—. Los androides no pueden tener niños. ¿Es una pérdida grave? Rick la desnudó del todo, dejando expuestas sus nalgas claras y frescas.
—¿Es una pérdida? —repitió ella—. No puedo saberlo. ¿Cómo es tener un hijo? ¿Y cómo es nacer? Nosotros no nacemos, no crecemos. En lugar de morir de vejez o enfermedad nos vamos desgastando. Como hormigas, eso es lo que somos. No hablo de ti, sino de mí. Máquinas quitinosas, con reflejos, que no viven de verdad — movió la cabeza de lado y dijo en voz sonora—: ¡No estoy viva! No te vas a acostar con una mujer. No te decepciones, ¿quieres? ¿Alguna vez has hecho el amor con una androide?
—No —respondió él mientras se quitaba la camisa y la corbata. —Me han dicho que es bueno si no piensas demasiado. Si lo piensas, no sale. Por razones...hm, fisiológicas. El la besó en el hombro desnudo.
—Gracias, Rick —dijo suavemente—. Recuerda: ven y no pienses. No te pongas filosófico. Porque filosóficamente es aburrido. Para los dos.
—Más tarde iré a buscar a Roy Baty —dijo él—. Y necesitaré que me acompañes. Sé que el láser que tienes en tu bolso es...
—¿Crees que retiraré a algún androide en tu lugar? —Creo que, pese a lo que me has dicho, me ayudarás en todo lo que puedas. De otro modo no estarías ahora en esta cama.
—Me gustas —respondió Rachael—. Si entrara en una habitación y viera un sillón tapizado con tu piel marcaría un punto muy alto en la escala de Voigt-Kampff.
Esta noche retiraré a una androide Nexus-6 que es exactamente igual a esta chica desnuda, pensó Rick mientras apagaba la luz. Dios mío, es lo que decía Phil Resch. Primero acuéstate con ella, luego mátala.
—No puedo —dijo, retrocediendo. —Yo quisiera —dijo Rachael. Le temblaba la voz.
—No es por ti. Es por Pris Stratton, y por lo que debo hacerle. —No somos la misma. Y a mí no me importa Pris Stratton. Oye —Rachael giró y se incorporó: en la penumbra, Rick podía distinguir la figura elegante de pequeños senos—.
Ven, y yo me ocuparé de la Stratton, ¿quieres? No es posible estar tan cerca y que luego... —Gracias —replicó Rick. El agradecimiento, debido en parte al bourbon, sin duda, le hizo un nudo en la garganta. Dos, pensó. Sólo debo retirar a dos. A los Baty. ¿Lo haría Rachael? Evidentemente. Los androides pensaban y actuaban así. Y sin embargo, jamás había visto nada igual. —Ven a la cama. Pronto —ordenó Rachael. Rick se metió en la cama.


fotografía de Garbi KW www.garbikw.com

No hay comentarios:

Publicar un comentario