Mis nervios y mis tuétanos por ahí repartirán;
Todo habrá terminado. Ni despertar ni ensueño;
Y en las dulces estrellas no habré llegado a estar.
Sé que en todos sentidos, en los lejanos mundos
Peregrinos también de oscuras soledades…
En el dulzor nocturno, tendiéndose las manos,
Sueñan por multitudes otras humanidades.
¡Oh sí! Doquiera hermanos ( Ya lo sé, ya lo sé)
Como nosotros solos. Vibrando de tristeza,
Nos llaman por las noches. ¿No iremos por allá
A consolarnos juntos de la espantosa pena?
Los astros, es seguro, se chocarán un día,
Y tal vez luzca entonces universal
Que cantan los bribones de ideas en la frente,
Y sea contra Dios la murga fraternal.
¡Ay! De ello mucho antes, tormentas, viento, sol,
Mis nervios y mis tuétanos se habrán perdido ya,
Todo se hará sin mí, ni despertar ni ensueño
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