tú y yo no nos parecemos,
yo elijo el erotismo,
el regodeo del sensualismo.
Tú acaricias y escapas,
yo me quedo y beso.
Estamos equivocados,
nunca fuimos iguales
tú eres terco y yo dócil.
Hay que penetrar,
hay que adentrarse demasiado
en lo que insinúas,
pero esta es una manera de perderte.
El secreto es no tratar de que te quedes.
No somos iguales, poema,
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