Mas nos separarán. Lo quiere así la suerte.
Uno de ambos primero, la vida abandonando,
Se irá a dormir debajo de un triste sauce verde.
Cien veces los marinos que vagan por los puertos
Han visto el bergantín volver esplendoroso;
Luego un día, hacia el Norte se va cual de costumbre...
Y nada más... Los hielos venciéronle en el Polo.
Cuando bajo mi techo sopló la dulce brisa
Primaveral, los pájaros volvieron veinte veces,
Mas este estío el nido no tiene golondrinas.
Me juras, dulce amante, quererme para siempre,
Mas sueño en los viajes que no tienen regreso
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